
Cinco años después de la llegada del COVID-19, en torno al 14% de las personas ocupadas desempeña sus funciones en remoto, según datos del ONTSI. La pandemia aceleró de forma repentina la adopción del teletrabajo, obligando a muchos a improvisar oficinas en la mesa del comedor o incluso en el sofá, sin el mobiliario ni los dispositivos adecuados. Hoy, aunque existe cierta tendencia a la presencialidad entre las empresas, el modelo híbrido sigue presente y no todos los trabajadores cuentan con espacios adaptados a él.
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