
Durante los meses más duros del confinamiento, la tecnología permitió en España que alrededor de 3 millones de personas no tuvieran que cesar su actividad y pasaran a trabajar en remoto, según el INE. Los procesos de digitalización ya tenían un papel creciente en el seno de las organizaciones empresariales, pero, sin duda, la emergencia sanitaria ha sido el catalizador definitivo. Pero, aunque el teletrabajo ha funcionado bien, es necesario que los empleados vuelvan poco a poco a la oficina. El motivo es claro: la interacción entre personas es esencial ya que la innovación, la creatividad y la colaboración surgen cuando compartimos un espacio común.
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Dada la situación que estamos viviendo, el teletrabajo ha pasado de ser una opción a una necesidad. Muchas empresas se han visto obligadas a implantar el teletrabajo de la noche a la mañana, de manera generalizada y con los recursos a su alcance sin detenerse en profundidad en cómo garantizar que sus empleados sigan siendo productivos. Todo ello para cumplir de forma acelerada con las precauciones y medidas que se han decretado desde las instituciones públicas.
Con los últimos avances e innovaciones en el terreno laboral, las empresas han ido progresivamente implantando medidas a través de las que sea posible contribuir a una mayor conciliación de las vidas personal y laboral. El teletrabajo ha surgido, así, como una de las soluciones con mayor recorrido, al permitir realizar las tareas de la manera más parecida a estar presente en la oficina.