
Recientemente se ha publicado el Balance de Criminalidad que desarrolla de manera trimestral el Ministerio del Interior, en el que se recoge que hasta marzo de 2024 se produjeron un total de 20.872 robos con fuerza en domicilios. Esta cifra pone de manifiesto que son muchas las personas que se han tenido que enfrentar a esa desagradable situación en sus hogares. En este contexto, en un mundo donde la seguridad del hogar es una tendencia al alza, la tecnología se ha convertido en un aliado indispensable. Por lo tanto, la instalación de dispositivos inteligentes de seguridad en el hogar se ha vuelto una prioridad dado que ofrecen una capa adicional de protección y tranquilidad, permitiendo a los propietarios monitorear sus viviendas en tiempo real y tomar medidas rápidas ante cualquier actividad sospechosa.
Sigue leyendo
El Internet de las cosas ya no son solo relojes inteligentes conectados o Smart homes. Hablamos de ecosistemas avanzados y complejos, cada vez más automatizados, entre los que se incluyen tecnologías de e-salud. En el futuro, estas tecnologías podrían dejar de ser simples dispositivos de soporte para convertirse en un componente principal para aquellos usuarios interesados en ampliar las capacidades del cuerpo humano a través de un proceso tecnológico. Por eso, es importante que cualquier riesgo de seguridad que puedan explotar los ciberdelincuentes se minimice gracias a la investigación y que estos riesgos de seguridad se tengan en cuenta desde el inicio del desarrollo del producto y de la infraestructura que los soporta.