La industria energética vive inmersa en un proceso de innovación constante, motivado por las últimas demandas sociales y los grandes cambios impulsados por la transformación digital, la industria 4.0 y el auge de las soluciones basadas en inteligencia artificial (IA) y su aplicación a las smart cities y los grandes avances en el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
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