
En un mundo cada vez más impulsado por la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos, las empresas enfrentan el desafío de aprovechar estas herramientas de manera efectiva. Según un estudio reciente de McKinsey, el 72% de las organizaciones afirma haber adoptado al menos una tecnología de IA, mientras que solo el 25% ha logrado obtener un impacto significativo en sus resultados financieros. Además, Gartner prevé que para 2025, el 90% de las estrategias corporativas incluirán explícitamente el uso de datos y análisis como activos esenciales.
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