
En los últimos años, Internet, el e-commerce y las redes sociales han cambiado la forma en la que los consumidores quieren vivir su experiencia de compra. Los tiempos en los que las marcas tenían todo el poder han quedado muy atrás y la época en la que el cara a cara, la tienda y el teléfono eran los únicos canales para establecer un vínculo que podía desembocar, o no, en una compra es ya cosa del pasado.
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