
El pasado 28 de abril de 2025 España vivió una jornada que quedará grabada en la memoria colectiva. A media mañana, sin previo aviso, el suministro eléctrico se interrumpió en todo el territorio y las consecuencias fueron inmediatas: millones de hogares, comercios, hospitales y centros de trabajo quedaron a oscuras durante varias horas. Las comunicaciones se colapsaron. Los cajeros, los semáforos y los sistemas de transporte quedaron fuera de servicio. En cuestión de minutos, un país completamente electrificado sintió su fragilidad.
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