El Black Friday y el Cyber Monday son una costumbre estadounidense que ha llegado al resto del mundo para quedarse. Durante estos días las ventas a través del comercio electrónico rondarán los 1.500 millones de euros, lo que para muchos negocios digitales supondrá entre un 10% y un 30%.
Estas cifras tan abultadas hacen de estos días un caldo de cultivo ideal para los cibercriminales que quieren ganar dinero a costa de los descuidos de muchas personas en Internet.
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Nuestra vida es completamente digital. Hacemos la compra para que nos llegue a casa en menos de dos horas con Amazon Prime Now, gestionamos nuestras cuentas corrientes y hacemos transferencias desde el móvil. Incluso usamos Internet para conocer a nuestras parejas. Sin embargo, aún no hemos conseguido que la tecnología permita que la Democracia sea digital en todo el mundo.
Unos piratas informáticos han atacado a miles de ordenadores en todo el mundo por medio de un ataque de ransomware, en el que se hacen pasar por el equipo del Marketplace de Amazon.
La tecnología está presente durante cada vez más horas al día entre los más pequeños.
Por desgracia, la sociedad solo se conciencia sobre temas de ciberseguridad después de un gran ataque. Cuando el daño ya está hecho. Si hace un año nos hubieran preguntado qué es el ransomware, pocos hubieran sabido qué contestar. Sin embargo tras WannaCry y PetYa, casi todo el mundo puede contestar que se trata de un ciberataque en el que secuestran el ordenador.
El verano es una de las épocas ‘preferidas’ por los cibercriminales, porque durante las vacaciones solemos estar menos alerta. Los grupos organizados de hackers tienden a hacer ataques de phishing, en los que suplantan la identidad de terceros para engañar a sus víctimas y, de esta manera, instalarles malware, robarles información personal y, en el peor de los casos, acceder a sus cuentas bancarias o irrumpir en sus viviendas.
Si hay algo que siempre se ha hecho fatal en Hollywood es la representación de los hackers en las películas. Primero, porque los muestra como tipos realmente raros; de esos que se alimentan exclusivamente de pizza y que a los treinta-y-tantos siguen viviendo en la casa de su madre, que sólo abandonan una vez al año para ir a Comic-Con. Lo segundo y más importante, es porque en cualquier película parece que es posible hackear el sistema de seguridad del Departamento de Defensa de Estados Unidos en 40 segundos con sólo tocar unas cuantas teclas y mover una figura en 3D, hasta que encajen unas piezas de un puzzle.
Un año más llegan las vacaciones de verano y, con ellas, un mar de oportunidades para que los cibercriminales hagan su particular agosto. Al igual que cada vez estamos más concienciados de la importancia de contar con alarmas y otras medidas tradicionales de seguridad en nuestras casas, deberíamos tomarnos con mayor seriedad todo lo relativo a nuestra ciberseguridad personal.
Los submarinos nucleares de la Royal Navy británica son vulnerables a un ciberataque mientras están en la superficie, según un informe del British American Information Council, un Think Tank creado en Londres para lograr un mundo sin armas nucleares.
El phishing es una técnica clásica de cibercrimen que se basa en mandar emails o whatsapps en los que se suplanta la identidad de una empresa de referencia. En ellos, se pide a la víctima que cambie su contraseña de acceso. El timo consiste en que el diseño del mensaje hace creer que ha sido enviado por el banco, por la compañía eléctrica o la del gas. Sin embargo, dirige a los usuarios a webs falsas en las que los criminales obtienen los verdaderos datos de acceso a su cuenta bancaria, a sus redes sociales o a su correo electrónico, para chantajear a las víctimas.