
El presente año se ha caracterizado por la necesidad de acometer profundos cambios y reestructuraciones en nuestro modo de vida y en la creación, gestión y crecimiento de todo tipo de negocios, especialmente las PYMES y los autónomos. El periodo de confinamiento, la necesidad de instaurar fuertes medidas sanitarias y los cambios en los hábitos de los clientes han transformado profundamente los comercios. Dónde y cómo estar se han convertido de repente en preguntas más que relevantes que deben ser reformuladas para encontrar las respuestas que se ajusten a la nueva realidad.
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Tener una página web en internet ya no asegura al empresario un impacto positivo en su negocio. Internet se ha convertido en el gran escaparate para las pymes donde poder promocionar sus productos y servicios, pero si bien en un primer momento parecía que tener una web era la respuesta, se ha demostrado que ésta debe nutrirse de contenido, palabras clave, diseños actuales y una constante actualización. Las webs deben ser una parte más del negocio, no un complemento.