
En los últimos meses, diversas empresas españolas han sido blanco de ciberataques cada vez más sofisticados, lo que ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de múltiples sectores ante las amenazas digitales. Estos incidentes han comprometido datos sensibles, interrumpido operaciones críticas y generado un impacto económico significativo. A pesar de los esfuerzos por reforzar la seguridad, los ciberdelincuentes continúan explotando vulnerabilidades en infraestructuras tecnológicas y cadenas de suministro, utilizando tácticas como el ransomware, el phishing y la explotación de proveedores externos.
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