La cuarta revolución industrial ha derivado en un conjunto de tendencias donde prima la automatización de procesos y el intercambio de datos. En ella convergen innovaciones tecnológicas como el machine learning o la inteligencia artificial que suponen nuevas posibilidades de conversión para las empresas que sepan aprovecharlas.
En este contexto en el que tecnología e innovación son elementos clave para adaptarse a las nuevas demandas del mercado es necesario no perder el foco y mantener como prioridad la relación con el cliente. Las empresas deben tomar las riendas de su transformación digital y cultural y situar al cliente en el centro de toda estrategia. Todo ello sin dejar de humanizar sus propósitos al transmitir sus valores; solo así conseguirán que los consumidores se identifiquen con la marca y generarán el engagement necesario para establecer relaciones relevantes y perdurables.
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La llamada Cuarta Revolución Industrial ha creado una esfera, en términos laborales, de nuevos puestos de trabajo que no existían, empleos totalmente renovados por la necesidad del momento que vivimos y trabajos de una creatividad desbordante. Porque, como recoge Iñaki Ortega en ‘Millennials: inventa tu empleo’ el 75% de las profesiones del futuro aún no existen o se están creando. Y es que, los trabajos de nuestros hijos, aún no se han inventado.
En esta era digital conocida como la “Cuarta revolución Industrial”, el mercado demanda la máxima competitividad y nos exige ser cada vez más ágiles y establecer procesos de trabajo rápidos y eficientes con nuestros clientes. En este escenario, un sistema de gestión de marketing y ventas en la nube se consolida como la solución por excelencia para optimizar la relación con los clientes, aumentar las ventas y trabajar de forma inteligente.