Los ataques de fuerza bruta dirigidos a los escritorios remotos se convierten en una de las amenazas más comunes en España

La pandemia por la COVID-19 provocó un confinamiento estricto que trajo consigo la imposición del teletrabajo como modelo laboral para millones de trabajadores de todo el mundo. La experiencia demostró ser muy útil para mantener la productividad durante esos meses difíciles. Sin embargo, también puso de manifiesto que las medidas de seguridad implementadas para poder trabajar de forma remota fueron un tanto ineficaces, con un protagonista claro como es el protocolo de escritorio remoto (RDP).

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