En pocos años, hemos pasado de apuntar gastos e ingresos en un libro de cuentas, a las hojas de Excel dinámicas y, más recientemente a las aplicaciones fintech y a la banca móvil. Esta última ofrece al cliente la capacidad de administrar sus finanzas a través del ordenador, la tableta o el móvil.
Se trata de un servicio cada vez más importante para los consumidores. Y los bancos son conscientes de ello. Entre las opciones que están empezando a ofrecer la banca móvil encontramos el pago de facturas en línea, gestión las tarjetas, pago directamente desde el móvil, contratación de cuentas corrientes, sistemas de alertas, etc. Sin embargo, el nivel de digitalización en la economía doméstica resulta todavía muy heterogéneo.
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