El malware en cajeros automáticos (ATMs) es un asunto de gran actualidad y que genera una considerable preocupación en el sector bancario, ya que el número de ataques no para de crecer y apunta a toda clase de países y regiones.
En anteriores posts describíamos una nueva oleada de ataques orquestados de gran sofisticación donde la red interna de la institución financiera era comprometida para llevar a cabo ataques basados en red sobre la infraestructura de cajeros. Estas han sido las principales técnicas utilizadas en la segunda mitad de 2016 con ejemplos tan sonados como el del malware RIPPER, que consiguió atacar una red nacional de cajeros automáticos en Tailandia; o el de COBALT, un grupo de cibercrimen organizado que atacó con éxito los cajeros automáticos de más de una docena de países europeos.
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