Con torres de hasta 120 metros de altura y palas de rotor que abarcan la dimensión de un edificio de 22 pisos, las turbinas eólicas industriales son un auténtico desafío a nivel de inspección y mantenimiento.
Tradicionalmente, la revisión de las palas de los aerogeneradores requería que los técnicos bajaran en rápel por las turbinas ancladas en áreas remotas -a veces en el mar- para tomar fotografías de las fisuras o daños en las aspas los aerogeneradores. Para ello, era preciso involucrar a alguien en tierra haciendo fotos con un telescopio y una cámara, por lo que el trabajo requería mucho tiempo y se convertía en todo un reto.
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