Renovación tecnológica, clave de la verdadera transformación de la banca

Según datos del Banco de España, los usuarios de banca digital no dejan de crecer, incluso más que la media europea. Sin embargo, según el mismo informe, la oficina bancaria sigue siendo la opción preferida por los españoles para relacionarse con el banco. En este contexto, la digitalización continua es una prioridad para los bancos, tanto a distancia como dentro de la propia sucursal. Pero, al contrario de lo que pueda parecer y de las décadas de innovación y desarrollo que ya han avanzado, todavía les falta mucho por recorrer, en especial a las grandes entidades más tradicionales.

A día de hoy, muchas instituciones financieras siguen operando con sistemas legacy que no se integran fácilmente con nuevas soluciones digitales, y uno de sus principales desafíos es integrar nuevas tecnologías en infraestructuras tecnológicas existentes. Los sistemas antiguos, aunque robustos, a menudo no son lo suficientemente flexibles como para adaptarse a los avances tecnológicos de hoy y esta falta de compatibilidad genera fricciones en la implementación de innovaciones porque eleva el coste (y el riesgo) de migrar datos y aplicaciones a nuevas plataformas.

Pero la integración de nuevas soluciones tecnológicas no tiene por qué ser disruptiva. Existen varias estrategias. La compañía Auriga, proveedor de software líder para el sector de la banca y de pagos y experta en el sector, explica en este análisis qué estrategias pueden emplear los bancos para una transición suave que minimice el riesgo y maximice el beneficio.

Cómo integrar innovación en la banca sin fricciones

  1. Evaluar el coste: Aunque la transformación es un proceso ineludible, en ningún momento se puede perder de vista la rentabilidad. Muchas veces, de hecho, hacer un cálculo de costes es la forma más rápida de conseguir aprobar los cambios por parte del consejo de dirección, ya que la mayoría de las veces los sistemas antiguos ‘gastan’ mucho más (en consumo energético, personal de soporte, averías y caídas del sistema) que todo el coste de compras e implementación de una nueva estructura.
  2. Adoptar una arquitectura híbrida: La coexistencia de los sistemas legacy con las nuevas soluciones en la nube o tecnologías emergentes como la IA es la opción más coherente, y puede resultar un paso intermedio y gradual antes de la automatización total. Para lograr esa coexistencia sin disrupciones ni fricciones es fundamental utilizar microservicios y APIs que garanticen la interoperabilidad entre los sistemas antiguos y las nuevas plataformas y realizar su integración de forma escalonada.
  3. Formación y compromiso: Es importante asegurarse de que todos los niveles de la organización, desde la alta dirección hasta el personal técnico, estén involucrados y alineados con el proceso de transformación. Porque nadie quiere equipos que no sepan manejar esas nuevas tecnologías o, peor, que no quieran hacerlo. Por eso es crucial invertir en la formación del personal para asegurar que los equipos estén listos para gestionar las nuevas soluciones.
  4. Medir y reorientar: Durante el proceso de digitalización y automatización habrá, más que probablemente, saltos e interrupciones, por eso establecer protocolos de medición es fundamental para comprobar si el cambio está siendo exitoso. Por ejemplo, es conveniente cuantificar las interrupciones en el servicio antes y después de la integración para ver dónde están los posibles fallos de procedimiento.

“Integrar nuevas tecnologías en sistemas legacy no tiene que ser un proceso doloroso ni costoso. Al adoptar enfoques modulares y soluciones como microservicios, APIs y plataformas en la nube, los bancos pueden modernizar sus infraestructuras sin interrumpir las operaciones ni poner en riesgo la experiencia del cliente. Con una planificación a medida y las herramientas adecuadas, la transformación digital puede ser exitosa y rentable”, afirma Ángel Arenillas, country manager de Auriga para España y Portugal.

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