
Con la declaración del Estado de Alarma, nos vimos obligados a teletrabajar desde nuestro domicilio. No obstante, desde que el pasado 9 de mayo se eliminaran las restricciones de movilidad, muchos profesionales han optado por mudarse a su segunda residencia o trabajar desde un destino vacacional: junto con el equipaje, se han llevado todo lo necesario para trasladar su oficina a la casa de la playa o del pueblo. Una nueva oportunidad para demostrar que es posible ser productivo sin importar desde dónde se esté trabajando.
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