
Un smartphone no es nada sin sus aplicaciones. Las visitas a la tienda de apps son frecuentes, por necesidad o para curiosear qué novedades hay o qué juego está de moda. Por el camino, obviamente, siempre cae alguna descarga que otra.
Es en ese momento cuando los usuarios de Android tienen que darle a su nueva aplicación ciertos permisos. En el caso de los usuarios con dispositivos de Apple esos permisos se aprueban en el momento de utilizar por primera vez la app o ciertas funciones de la misma.
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