La forma en que se comunican los niños ha cambiado drásticamente a lo largo de la última década. No se ven o llaman tan a menudo, pero están constantemente en contacto utilizando una gran variedad de servicios de mensajería instantánea y redes sociales. En algún momento, entre los 11 y 14 años, dependiendo de las modas juveniles y las leyes en vigor, los menores quieren crear su propia cuenta de Facebook o Instagram. Sin embargo, los padres siguen siendo responsables del comportamiento de sus hijos, también cuando se trate de temas completamente virtuales.
Si tenemos en cuenta la distribución de las visitas a sitios indeseables detectadas de enero a mayo de 2014 por la herramienta de Control Parental de Kaspersky Lab, que filtra los contenidos no aptos para menores y que se integra en los productos de la compañía, en España tenernos tres categorías destacadas: contenidos pornográficos, software ilegal y juegos de azar.








