
Hasta hace algunos años, estaba mal visto abrir LinkedIn en el trabajo, porque era sinónimo de estar buscando trabajo. Hoy en día, es casi una obligación entrar a diario en esta red social para darle “like” a lo que ha dicho tu jefe o tu cliente. Es normal tenerlo abierto todo el día en una de las mil pestañas del navegador. Porque siempre te enteras de cosas interesantes como “qué ha hecho la competencia” o “los must know del sector en el que trabajas”. Pero, para quienes se dedican a las ventas, tener Linkedin abierto todo el día es una obligación.
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