
Code Red, WannaCry, ILOVEYOU, Zeus, Melissa, Mydoom… ¿Reconoces estos nombres? La lista es interminable y prácticamente cada día se añade un nuevo virus informático a la lista. Y es que los virus son ya algo consustancial al mundo digital y, si bien es cierto que algunos pueden ser casi inofensivos, o como mucho molestos como un catarro, los hay tan graves que pueden inutilizar nuestro ordenador, borrar todos nuestros archivos o ser los responsables de abrir agujeros de seguridad que nos dejen ‘vendidos’ ante otras amenazas.
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Un año y medio después de su ataque, WannaCry encabeza la lista de familias de cifradores más extendidas. El ransomware ya ha atacado a 74.621 usuarios únicos por todo el mundo. Estos ataques representaron el 28,72% de los usuarios atacados por cifradores en el tercer trimestre de 2018. El porcentaje aumentó durante el último año, lo que representa un crecimiento de más de dos tercios frente al tercer trimestre de 2017, cuando su participación en los ataques de cifradores fue del 16,78%. Este es solo uno los principales hallazgos del informe de evolución de amenazas de TI del tercer trimestre de Kaspersky Lab.
2017 fue el año del ransomware, siendo la amenaza más importante en el sector de la ciberseguridad, tanto para grandes empresas como para pymes y usuarios. Ataques como WannaCry y Petya secuestraron ordenadores alrededor del mundo y alcanzaron las primeras páginas de diarios internacionales. No obstante, los costes del troyano el año pasado rondan los cinco mil millones de dólares, lo que convierte al ransomware en el tipo de ataque más impactante y sofisticado, con un aumento del 350% frente al 2016.
El número de infecciones de malware creadas expresamente para vulnerar la seguridad de dispositivos móviles no hace más que crecer. En 2017 se PandaLabs ha analizado y neutralizado un total de 75 millones de ficheros de malware; de entre todas las amenazas, unas de las que están registrando un crecimiento más preocupante son los minadores de criptomonedas en dispositivos móviles.
En los últimos meses, la percepción de la ciberseguridad ha experimentado un cambio radical, los ataques y avances en este ámbito se producen con mayor celeridad. Las empresas, especialmente a raíz de los ataques WannaCry y Petya, invierten más tiempo y recursos en contar con herramientas para asegurar la protección de sus clientes y de ellos mismos frente a potenciales ataques. En este sentido, Vector ITC Group, consultora tecnología 100% de capital español, destaca la aplicación del Blockchain como mecanismo de ciberdefensa.
Según Check Point® Software Technologies Ltd., el mayor proveedor mundial especializado en ciberseguridad, el malware móvil ha sido la amenaza que más dinero ha generado, aunque hayan llamado más la atención las variantes de ransomware como WannaCry, NotPetya o BadRabbit.
El pasado mes de octubre, Pandalabs, el laboratorio de investigación de Panda Security, descubrió el virus WannaMine, que mina criptomonedas en los equipos que ataca. Este malware ha evolucionado y se está esparciendo por Internet como la pólvora. Esto, unido a que es un virus “fileless” (que no instala ningún programa en el equipo), hace que pueda quedar latente en los equipos que infecta y que pueda propagarse por redes corporativas, de forma legítima, sin tener que estar operativo.
2017 ha sido el año del ransomware. La escala global que alcanzó WannaCry, robando información de empresas de medio mundo, tuvo un impacto devastador. La repercusión mediática que obtuvo logró que el mundo comprendiera qué es el ransomware y también que empresas y usuarios prestaran, por fin, mayor atención a la importancia de la ciberseguridad.
El año 2017 será recordado como el año en el que la amenaza del ransomware evolucionó, repentina y espectacularmente, dirigiéndose contra empresas de todo mundo mediante una serie de destructivos ataques y cuyo objetivo final sigue siendo desconocido. Entre estos ataques se pueden incluir WannaCry el 12 de mayo, ExPetr el 27 de junio, y BadRabbit a finales de octubre. Todos estos ataques utilizaron exploits diseñados para comprometer las redes corporativas. Las empresas también fueron atacadas por otros ransomware, y Kaspersky Lab evitó estas infecciones en más de 240.000 usuarios corporativos en todo el mundo.