La transformación digital de las empresas ha dado lugar a que las organizaciones se esfuercen por conectar mejor a sus empleados y clientes. Por su parte, los trabajadores acceden al contenido desde cualquier lugar, desde cualquier aplicación, sea o no corporativa, y desde cualquier dispositivo. Todo esto que, aparentemente es una ventaja, esconde un grave riesgo para la continuidad de las empresas, además de los consabidos problemas de seguridad y de fragmentación de la información, así como la dispersión del conocimiento corporativo. La gestión del conocimiento sigue siendo pieza fundamental en la transformación digital de las organizaciones, pero las iniciativas llevadas a cabo hasta el momento han fracasado porque no han sabido catalizar la conducta humana.
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