
Con el fin de de demostrar lo sencillo que puede resultar robar información sensible de las empresas a través del “visual hacking”, 3M ha colaborado con el Ponemon Institute para pilotar una experiencia en la que un “white hat hacker” (alguien que busca fallos en sistemas para comunicarlo posteriormente siguiendo la ética hacker) se hace pasar por un trabajador temporal en ocho empresas americanas (sin incluir a 3M).
Las conclusiones apuntan a que en el 88% de los casos, esta figura fue capaz de obtener información sensible y confidencial simplemente con visualizar las pantallas del ordenador de los colaboradores y aprovechando la información que gestionan sus secretarias. Y muchas veces en menos de 15 minutos.
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