
La ciberdelincuencia es una máquina bien engrasada que mueve miles de millones de dólares al año. En los mercados de la dark web, ocultos a las fuerzas del orden y a la mayoría de los consumidores, los ciberdelincuentes compran y venden enormes cantidades de datos robados, así como las herramientas de piratería informática necesarias para obtenerlos. Por ejemplo, se cree que hay 24.000 millones de nombres de usuario y contraseñas obtenidos ilegalmente que circulan por estos sitios. Uno de los datos más codiciados es el de las tarjetas de crédito, que los delincuentes compran al por mayor para cometer posteriores fraudes de identidad.
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