
El paperless -gestión sin papeles- y la firma digital están ayudando a las aseguradoras a mantener su actividad durante el estado de alarma, al permitir formalizar pólizas y otros servicios desde cualquier dispositivo y con total seguridad, aportando agilidad al proceso y acortando los plazos de contratación.
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Desde el pasado 1 de enero, con la entrada en vigor del nuevo sistema de llevanza de la contabilidad de los productos objeto de los Impuestos Especiales (SILICIE), las Bodegas y Fábricas de Vinagre están obligadas a presentar sus asientos contables de forma electrónica ante la AEAT. La contabilidad deberá reflejar todos los procesos, movimientos y existencias de los productos objeto de los Impuestos Especiales y, si es preciso, de las materias primas destinadas a su obtención. Como regla general, cada asiento contable debe referirse a un único movimiento, operación o proceso.
La crisis de la Covid-19 está acelerando la digitalización de muchos procesos en todos los sectores, incluso en algunos tan avanzados como la Banca, donde la gestión sin papeles -paperless- es el próximo paso. El objetivo es doble: minimizar el impacto medioambiental y reducir costes, y para hacerlo realidad, es necesario implementar el uso de la firma digital de documentos que, además, es válida para todo tipo de documentos y procesos contractuales de manera no presencial.
La factura electrónica es una herramienta clave para mantener la actividad de las empresas durante la pandemia del coronavirus. Gracias a ella, grandes corporaciones como Siemens Gamesa Renewable Energy, puede conseguir con sus empleados trabajando desde sus hogares, un 100% de continuidad, contribuyendo a la normalidad de la actividad económica, sin alterar el confinamiento domiciliario, obligado por el estado de alarma.
Desde el pasado 1 de enero, con la entrada en vigor del nuevo sistema de llevanza de la contabilidad de los productos objeto de los Impuestos Especiales (SILICIE), las fábricas de cervezas están obligadas a presentar sus asientos contables de forma electrónica ante la AEAT. La contabilidad deberá reflejar todos los procesos, movimientos y existencias de los productos objeto de los Impuestos Especiales y, si es preciso, de las materias primas destinadas a su obtención.
El pasado 18 de abril finalizó el plazo para que todas las Administraciones Públicas europeas operen con factura electrónica. A día de hoy, todavía hay países que no se han adaptado del todo y, previsiblemente, la Comisión Europea les impondrá sanciones por ello.
La factura electrónica es una herramienta clave para mantener la actividad de las empresas durante la pandemia del coronavirus. Gracias a ella, grandes corporaciones como Iberdrola puede conseguir con sus empleados trabajando desde sus hogares, un 100% de continuidad, contribuyendo a la normalidad de la actividad económica, sin alterar el confinamiento domiciliario, obligado por el estado de alarma.
La crisis del Coronavirus está impulsando el trabajo a distancia y la digitalización de los procesos en las empresas, entre ellos el de la firma de documentos sin desplazamientos que eviten contactos innecesarios. La solución Contralia de SERES, un servicio SaaS (Software as Service), permite firmar online desde su móvil con validez legal.
El pasado 1 de enero entró en vigor SILICIE, un nuevo sistema de llevanza de la contabilidad de los productos objeto de los Impuestos Especiales, cuya adopción es obligatoria para las fábricas, los depósitos fiscales, los almacenes fiscales, los depósitos de recepción y las fábricas de vinagre. Estas empresas deben llevar la contabilidad de los productos objeto de los Impuestos Especiales a través de la Sede electrónica de la Agencia Tributaria.
El pasado 1 de enero de 2020 entró en vigor en la Hacienda Foral de Navarra y en las Diputaciones Forales vascas el nuevo sistema de llevanza de la contabilidad de los productos objeto de los Impuestos Especiales (SILICIE), que afecta a las fábricas, los depósitos fiscales, los almacenes fiscales, los depósitos de recepción y las fábricas de vinagre, que deben llevar la contabilidad de los productos objeto de los Impuestos Especiales y, en su caso, las materias primas empleadas en su obtención. Además, desde el 1 de enero de este año, dentro de los obligados, los elaboradores de vino y bebidas fermentadas y destiladores artesanales tienen reglas especiales que simplifican sus obligaciones con SILICIE.