
Casi la mitad de los activos de red de todo el mundo (el 48%) están obsoletos o envejeciendo, lo que expone a sectores críticos -como agua, sanidad y energía- a importantes riesgos de seguridad. Además, la IA está acelerando las ciber-amenazas, convirtiendo las infraestructuras obsoletas en un reto importante que las organizaciones ya no pueden ignorar.
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