Todos hemos pasado por lo mismo: estar de vacaciones, una mudanza reciente o quedarse en casa de un amigo y no tener WiFi. Echas un vistazo rápido a la lista de redes más cercanas y resulta que hay cuatro o cinco casas con red WiFi, y mejor aún, sin contraseña. Podrías acceder a una de ellas, hacer lo que tengas que hacer y nadie se enteraría, ¿verdad?
Aunque parezca mentira, y aunque los propietarios no hayan protegido la red con contraseña, con esta acción estás cometiendo un delito. Pero, además, según los expertos de Kaspersky Lab existen muchas más razones para que no vuelvas a “tomar prestado” el WiFi ajeno:
Sigue leyendo