
La irrupción del teletrabajo en la vida de las empresas ha supuesto la apertura de un nuevo paradigma al que las organizaciones deben atender de manera urgente para seguir siendo competitivas: la experiencia de cliente. La crisis sanitaria ha puesto el foco en las personas: cómo las atendemos, la respuesta que les facilitamos o su nivel de satisfacción al terminar una interacción. Todo esto se ha posicionado como una prioridad ante un contexto en el que lo que se busca es proporcionar un servicio de igual calidad, independientemente del canal por el que nos estemos comunicando o del lugar en el que estemos. La experiencia debe ser siempre la misma para el usuario.
Sigue leyendo