
El ictus se ha convertido en una de las mayores preocupaciones en el ámbito sanitario, una enfermedad que afecta a más de 12 millones de personas cada año, lo que lo sitúa como la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad a nivel mundial. Ante esta realidad, los profesionales de la salud insisten en la importancia de una actuación rápida y una detección temprana cuando alguien está sufriendo un ictus, ya que cada minuto es determinante para reducir el impacto y alcance de este tipo de accidente cerebrovascular.
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