Las pautas nutricionales de los gamers, sin duda, serían capaces de provocar el desmayo de cualquier dietista. La combinación de una ingesta desmesurada de alimentos ricos en grasas, carbohidratos y sal, unida al sedentarismo que rodea el mundo de los videojuegos, no augura precisamente nada bueno para la salud. La parte más complicada, pues, consiste en descubrir cómo llevar una dieta saludable sin por ello entorpecer el placer del juego. Sin embargo, existen algunas consideraciones que toda comida que desee adaptarse a la realidad de los gamers debe cumplir: que sea fácil de manejar y consumir con una mano, que resulte lo menos grasienta posible para evitar que los dedos queden aceitosos e incluso con restos de comida, y que sea rápida de preparar, por ejemplo, entre loadings o pausas para ir al baño.
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