En la actualidad, se estima que uno de cada cinco estudiantes en todo el mundo tiene dislexia. Sin embargo, es probable que haya muchos más que aún no hayan sido diagnosticados. Estos estudiantes que ven la palabra escrita de manera diferente, a menudo, son erróneamente diagnosticados como que tienen una discapacidad de aprendizaje y como tal, forman parte de aproximadamente el 70-85 por ciento de las clases de educación especial de hoy en día. Sus maestros y padres -a pesar de su entrega a la hora de ayudar- a menudo no tienen los recursos o la capacitación para hacerlo, y sin el apoyo adecuado en sus primeros años de formación, la confianza y las ganas de aprender de un estudiante con dificultades puede desaparecer. La historia ha demostrado que los jóvenes con dislexia pueden llegar a aportar mucho al mundo si se les dan las herramientas adecuadas para su correcto aprendizaje y ver la dislexia de manera diferente -sirvan de ejemplo grandes innovadores, artistas y líderes en muchos ámbitos que son disléxicos-.
Sigue leyendo