Una expedición nocturna bajo el mar podría asustar a cualquier aficionado al buceo, y más si le piden que se atreva a apagar su linterna. Pero también puede ocurrir que ese submarinista, Carlos Coronado, que además es desarrollador de videojuegos, descubra en el plancton luminiscente uno de los juegos de luces más impactantes de su vida. Esta fascinación por el mar fue su inspiración, pero fue su preocupación por el estado de las costas y la huella de la mano del hombre la que le dio el impulso necesario para subirse a bordo de un barco en Cap de Creus y comenzar allí, entre arrecifes, el desarrollo de su último videojuego. Así nació Koral, una carta de amor al mar creada en un barco, que ya está disponible para Nintendo Switch.
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