
Es cierto que la tecnología va haciendo la vida cada vez más sencilla. Comenzó ayudando al ser humano a realizar operaciones matemáticas y, actualmente, desde los trabajos hasta el ocio, son inconcebibles sin su presencia. Sin embargo, tiene un lado oscuro, y es que los robos se vuelven cada vez más sofisticados según las nuevas tecnologías van avanzando. Por ejemplo, robar coches ha pasado de ser una fechoría que requería cierta pericia manual a ser un delito tecnológico.
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