Poco después de la invasión de Ucrania en 2022, fotógrafos locales comenzaron a documentar la destrucción de sitios culturales para ayudar a preservar el patrimonio del país y recopilar pruebas para la restauración. Sin embargo, la propagación de imágenes falsas relacionadas con la guerra estaba causando un problema: la gente empezó a confundir las imágenes reales de las verdaderas.
Sigue leyendo