
La globalización ha provocado que los diferentes idiomas del mundo entren en contacto y cada vez son más las personas que incorporan palabras procedentes de otras lenguas en sus conversaciones de manera casi inadvertida. El inglés es el ejemplo más claro. Por ejemplo, cada vez resulta más difícil mantener una conversación en el entorno laboral sin utilizar palabras como call (llamada) o feedback (crítica). Sin embargo, en los últimos años ha habido un gran aumento en el número de personas que han despertado su interés por las lenguas asiáticas y eso se evidencia en la cantidad de palabras de este origen que se han colado en las lenguas europeas. Los idiomas de Asia que más se estudian en España son el chino, el japonés y el coreano.
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