La célebre sentencia “Si no llegas el primero, eres el último” se aplica también en los negocios. El nivel de competencia en el sector de la fabricación continúa aumentando a medida que la consolidación de la industria crea mayores competidores, y más feroces. Esto incluye, por ejemplo, el aumento de las marcas blancas, que pone a los fabricantes en competencia directa con sus minoristas, o la gran cantidad de productos en cualquier categoría, que ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Llegados a este punto, las fuerzas competitivas aumentan la necesidad de los fabricantes de llegar primeros al mercado con el fin de conseguir mayor visibilidad y maximizar la rentabilidad de cada producto.
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