
El sector del comercio fue, un año más, el más activo en el uso de la Factura Electrónica según el Estudio SERES de Implantación de la Factura Electrónica en España 2019. De acuerdo con este informe, el 30,97% de las empresas emisoras de factura electrónica y el 33,71% de las receptoras pertenecen a las empresas del sector comercio.
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La factura electrónica es una herramienta clave para mantener la actividad de las empresas durante la pandemia del coronavirus. Gracias a ella, grandes corporaciones como Siemens Gamesa Renewable Energy, puede conseguir con sus empleados trabajando desde sus hogares, un 100% de continuidad, contribuyendo a la normalidad de la actividad económica, sin alterar el confinamiento domiciliario, obligado por el estado de alarma.
El pasado 18 de abril finalizó el plazo para que todas las Administraciones Públicas europeas operen con factura electrónica. A día de hoy, todavía hay países que no se han adaptado del todo y, previsiblemente, la Comisión Europea les impondrá sanciones por ello.
La factura electrónica es una herramienta clave para mantener la actividad de las empresas durante la pandemia del coronavirus. Gracias a ella, grandes corporaciones como Iberdrola puede conseguir con sus empleados trabajando desde sus hogares, un 100% de continuidad, contribuyendo a la normalidad de la actividad económica, sin alterar el confinamiento domiciliario, obligado por el estado de alarma.
La factura electrónica, y con ella la digitalización de la actividad empresarial, es una realidad en la Península Ibérica donde, tanto en España como en Portugal, su uso ha crecido exponencialmente. En este impulso ha tenido mucho que ver la obligación generalizada de su utilización en el marco de la Unión Europea en las transacciones entre empresas y las administraciones públicas (B2G), según el Estudio Situación de la Factura Electrónica en el Mundo, elaborado por SERES, empresa internacional pionera y especialista en el intercambio electrónico seguro de documentos.
El uso de la factura electrónica en el sector joyero español sigue siendo muy reducido a pesar de que nuestro país creció en 2018 un 2,6% en cuanto a ventas y rozó los 1.800 millones de euros.