
Una de las cosas más especiales en los inicios de internet era la posibilidad de comunicarse con personas a las que de otro modo no habrías conocido nunca. Los foros, los tablones de anuncios y las salas de chat eran lugares de encuentro de personas que no compartían necesariamente la misma procedencia geográfica ni los mismos contactos sociales pero que tenían cosas en común. En esos lugares, lo que decías era más importante que quién eras y a quién conocías. Hoy en día, dedicamos más tiempo a los teléfonos, sobre todo para comunicarnos con amigos y familiares, por lo que la función que antes prestaba internet como lugar de encuentro virtual ha comenzado a perder protagonismo.
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