
Investigadores de Check Point Research, la División de Inteligencia de Amenazas de Check Point® Software Technologies Ltd., proveedor líder especializado en ciberseguridad a nivel mundial, han llevado a cabo una investigación que ha revelado que el gobierno iraní sigue vigilando y lanzando ciberataques contra los disidentes del régimen, tanto dentro de sus fronteras como en otros países del mundo. Junto con la colaboración de SafeBreach, los investigadores de la compañía han podido descubrir cómo se producían esta serie de ataques cibernéticos contra más de 1.200 víctimas -en su mayoría disidentes, fuerzas opositoras al régimen, seguidores del ISIS y minorías kurdas-en Irán, Estados Unidos, Gran Bretaña, Pakistán, Afganistán, Turquía y Uzbekistán. Ya en 2018, la compañía desveló la campaña Domestic Kitten en la que se descubrió que el gobierno iraní se encontraba detrás de una decena de ciberataques (cuatro de los cuáles todavía se encuentran en activo) cuyo propósito era llevar a cabo tareas de espionaje y vigilancia sobre objetivos específicos. Tras estos ataques se encontraba el grupo de ciberdelincuentes conocido como APT-C-50, capaz de infectar más de 600 dispositivos, que espiaba los teléfonos móviles de los disidentes, recopilando registros y grabaciones de llamadas telefónicas, mensajes, fotografías, vídeos, datos del GPS y un listado de aplicaciones descargadas.
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Check Point® Software Technologies Ltd., proveedor líder mundial de soluciones de ciberseguridad, ha publicado recientemente una investigación que revela un ciberataque extenso y selectivo que ha tenido lugar desde 2016 y, hasta ahora, ha permanecido oculto debido al ingenio de sus autores. A través del uso de aplicaciones móviles, los atacantes usan contenido falso para atraer a sus víctimas a descargar dichas aplicaciones, cargadas de spyware, para luego acceder a información sensible sobre ellas. Curiosamente, estos objetivos incluyen kurdos, turcos nativos y simpatizantes de ISIS.