
Según los datos de una reciente investigación realizada en Princeton con la colaboración de Microsoft, la desinformación online continúa con el objetivo de difamar a personalidades, dirigir la opinión pública o polarizar los debates. Dicho estudio catalogó 96 campañas de influencia extranjera dirigidas a 30 países entre 2013 y 2019. Alrededor del 93% de estas campañas incluyeron la creación de contenido original, 86% amplificaron contenido preexistente, y 74% distorsionaron hechos verificables de manera objetiva.
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