
Primero fue el auge de la computación. Luego, con la llegada de internet, surgieron un sinfín de oportunidades revolucionarias para que los hoteleros pudieran hacer sus negocios más eficientes, flexibles y rentables, alineados con las expectativas del huésped moderno. Este cambio responde al hecho de que los viajeros modernos buscan mucho más que una cama cómoda y una habitación limpia: quieren una estancia conveniente, personalizada y segura, al abrigo de plataformas en la nube, en sintonía con su creciente preferencia por un estilo de vida móvil y habilitado por el Internet de las Cosas (IoT).
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