
La ciberseguridad de los ciudadanos se ha convertido en uno de los principales retos para la Unión Europea ante su preocupación por los altos niveles de cibercriminalidad identificados en los últimos años.
Los ciberataques están considerados un asunto de interés público por su impacto, no solo en la economía de la UE, sino también en la salud y en la seguridad de los consumidores.
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