RICOH sigue estimulando a las compañías europeas para que cambien de la facturación en papel a la electrónica. Un nuevo estudio publicado hoy por Billentis y financiado por RICOH concluye que el potencial ahorro de costes si la mayoría de facturas en papel se sustituyeran por facturas electrónicas[1] sería de 243.000 millones de euros para las compañías[2] y 40.000 millones para el sector público.
En Europa solo una minoría de compañías ha adoptado la facturación electrónica, pese conocerse el ahorro que esta modalidad ofrece. Se estima que solo una de cada cinco facturas será electrónica en 2013[3]. Esto subraya que aún queda camino por recorrer para cumplir los objetivos de la Comisión Europea. conseguir que el formato electrónico de facturación sea el predominante en 2020.
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