Según la Comisión Europea, la implantación de la facturación electrónica supondrá un ahorro de hasta 200.000 millones de euros anuales para las compañías europeas. Actualmente, se calcula que el coste por cada factura en papel es de 1,40€, mientras que la factura en formato electrónico rebaja su coste hasta unos 0,40€, aproximadamente. Así pues, la adopción de la facturación electrónica no solo revolucionará las organizaciones europeas a nivel tecnológico, también económico.
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