El pasado 18 de abril finalizó el plazo para que todas las Administraciones Públicas europeas operen con factura electrónica. A día de hoy, todavía hay países que no se han adaptado del todo y, previsiblemente, la Comisión Europea les impondrá sanciones por ello.
Desde hace años la factura electrónica es un elemento tecnológico prioritario dentro de Agenda Digital Europea y se considera una herramienta tractora y facilitadora de las relaciones comerciales internas entre los distintos países de la UE.
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