La tecnología no se equivoca, pero nosotros sí: el 60% de los españoles ha comprado tecnología que le ha resultado poco útil

El repertorio de productos tecnológicos en nuestros hogares crece y, sobre todo, se diversifica. El 45% de los españoles posee 6 o más dispositivos, según datos del estudio ‘Uso y consumo de la tecnología en 2024’ impulsado por Grover, compañía líder en alquiler de tecnología, siendo el smartphone (99%), el televisor (95%) y el ordenador (94%) los dispositivos que más se usan. También comienzan a coger fuerza otras alternativas como los auriculares y altavoces (75%) o los smartwatches (70%).

No obstante, no todos los gadgets que adquirimos terminan convirtiéndose en inseparables compañeros de nuestra vida cotidiana, como admiten los casi 4 de cada 10 españoles (39%) que alguna vez compraron un dispositivo para un uso puntual. A productos de uso recurrente se suma un creciente listado de dispositivos a los que muchos consumidores solo encuentran utilidad en momentos muy concretos. Entre ellos, los viajes, los eventos familiares y los proyectos profesionales son los escenarios que más motivan a los consumidores españoles a comprar un gadget tecnológico para un uso puntual, según concluye la encuesta de Grover.

El estudio también identifica los dispositivos que más tienden a caer en desuso por parte de los usuarios españoles, una vez comprados. Drones (11%), cascos de realidad virtual (17%), patinetes eléctricos (26%) y cámaras de fotos (37%) son los gadgets que menos usan con regularidad sus propietarios. Aunque en múltiples ocasiones la necesidad puntual está detrás de este desuso, el 60% de los españoles admite que alguna vez adquirió un dispositivo que no resultó ser tan útil como pensaba.

Los principales desencadenantes de este ‘desengaño’, según reconocen los propios consumidores, son la realización de compras a ciegas para comprobar si el dispositivo era útil (45%), la impulsividad por no tener claro si lo necesitaban (18%) o un uso en momentos o lugares muy específicos a los que no van con frecuencia (15%).

Lisa Steffenhagen, Senior Sustainability Manager de Grover, comenta: «La tecnología se ha convertido en un apoyo clave para muchas tareas y momentos de nuestra vida cotidiana. Esto nos impulsa a utilizar una gran variedad de dispositivos que, sin embargo, muchas veces sólo queremos probar, utilizar una vez o durante un tiempo limitado. Esta realidad nos invita a tener en cuenta modelos alternativos a la compra que ayuden a evitar la acumulación de productos en desuso, sin privarnos de aprovechar la tecnología que necesitamos para trabajar, socializar, divertirnos o cuidar nuestra salud. A través de un enfoque circular, es decir, al hacer que un mismo producto cubra las necesidades de varias personas a lo largo de su vida útil, reducimos la cantidad de dispositivos y recursos valiosos que acaban en desuso al fondo de un cajón».

En busca de formas más flexibles y sostenibles de consumir tecnología
El alquiler de tecnología cuenta con un creciente respaldo por parte de los consumidores españoles, con un 86% de los encuestados que ya identifica ventajas concretas frente a la compra tradicional de productos. Dentro de los puntos fuertes más valorados, se encuentran la flexibilidad a la hora de escoger el tiempo de uso del dispositivo (32%), la posibilidad de contar con los modelos más actuales del mercado (28%) o evitar que se acumulen aparatos en desuso en casa (27%).

Con más de 230.000 usuarios registrados en España, Grover ha sido pionera en introducir el modelo de alquiler de tecnología en nuestro país, ofreciendo a los consumidores una alternativa sostenible a la compra tradicional de dispositivos, especialmente aquellos que se renuevan cada poco tiempo o que apuntan a tener un uso puntual o poco habitual. A través de la recirculación de los productos alquilados, Grover contribuye a reducir la generación de residuos electrónicos, lo cual tiene un impacto positivo en el medioambiente. No en vano, se estima que la actividad de la compañía ha evitado la compra de unos 160.000 dispositivos entre 2015 y 2022, equivalentes a unas 250 toneladas de basura electrónica.

*Los datos han sido obtenidos mediante una encuesta realizada a una muestra de 1.000 personas de diferentes rangos de edad a nivel nacional.

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