
Desde la pequeña casa de un zapatero en Lake Geneva, Wisconsin, en 1974, generaciones de soñadores y aventureros se inspiraron con la primera versión de Dungeons & Dragons. Los reducidos textos y los bocetos impresos en aquellos primeros panfletos se han convertido en tomos bellamente ilustrados, productos físicos meticulosamente elaborados y completas herramientas digitales, todo ello diseñado para mejorar el núcleo de D&D: reunirse con amigos y familiares para contar historias fantásticas.
Sigue leyendo







