
Estreno de Hipermovidas, un pódcast de Galder Varas y QuantumFracture, exclusivo en Podimo. ¿El Big Bang? Una movida, ¿La Inteligencia Artificial? Otra movida, ¿Nuevas pandemias? Más movida. ¿Intentar hablar de estos temas tan complejos con dos cómicos en la mesa? Hipermovida.
Bienvenidos a HIPERMOVIDAS, un pódcast que pretende ser sobre ciencia, bueno, eso es lo que pretende Jose Luis Crespo (QuantumFracture) y sus expertísimos invitados, pero claro, en la mesa se enfrenta a Galder Varas y a sus inquietos amigos cómicos. No sabemos lo que saldrá de esta combinación imposible, pero como en los mejores experimentos, los elementos mezclados son los mejores posibles, y aquí estamos para observar el resultado.
En el estreno de Hipermovidas vamos directos al turrón. ¿Todo el mundo habla de Inteligencias Artificiales? Pues nosotros también. ¿Hasta tu sobrino, el pequeño, es capaz de darte lecciones sobre el tema? Pues QuantumFracture se trae a Paul Van Branteghem, que nos da mil vueltas a todos y es majísimo. ¿Qué solo se te ocurren preguntas absurdas? No van a ser peores de las que trae Galder Varas, y desde luego no van a ser tan locas como las que trae Pablo Ibarburu.
“Vamos a estar hablando sobre IA. un tema calentito últimamente”, dice Crespo. “Para hablar de este tema tú has traído a un científico y yo he traído a una persona que está donde la mayoría de los espectadores, en el plato de la ignorancia”, dice Galder. “Yo he traído a Paul Van Branteghem, co-fundador de Big Onion y divulgador de la Inteligencia Artificial”, cuenta Crespo. “Y yo he traído a Pablo Ibarburu, que sabe imitar muy bien a Nathy Peluso y tiene habilidades”, dice Galder. “Ahora que todo el mundo sabe sobre la IA, si abriéramos su cabeza, ¿qué encontraríamos dentro?”, pregunta Crespo. “Algo muy semejante a nuestro cerebro. Está compuesto por una serie de neuronas que están conectadas entre ellas y a veces se activan unas y a veces otras con el objetivo de tomar una decisión”, explica Paul. “¿Te puede salir una inteligencia artificial tonta?”, pregunta Galder. “Para determinadas tareas son muy buenas pero lo que les cuesta, a nivel de las capacidades que tenemos los humanos, es, por ejemplo, identificar un cubo de Rubik, pero los llevas a otro contexto y no son capaces de extrapolar lo que han aprendido con otras cosas. Están muy lejos de la parte humana en ese aspecto», explica Paul.
“Entonces, las redes al principio son un poco tontas frente a esta información, pero poco a poco, mientras las vas entrenando, se vuelven mejores”, dice Crespo. “De hecho son bastante tontas, aprenden sin ningún contexto. Un ejemplo es una IA. que se metió dentro de una cámara en un partido de fútbol con el objetivo de identificar en qué lugar del campo había un balón. La cámara se iba moviendo, enfocándose donde estaba el balón. Durante el partido se dieron cuenta que no solo enfocaba al balón si no que a veces se iba al lineal. Sucedía que la IA. consideraba que la cabeza del lineal, que era calvo, era un balón. Aún queda mucho tiempo para llegar a esa capacidad de que una Inteligencia Artificial se comporte como un humano”, cuenta Paul. “¿Cuántos años le echarías?”, pregunta Crespo. “Esa es la pregunta del millón, hasta donde ha llegado la investigación no se ha llegado a ese punto en el que podamos decir que estamos muy cerca. Falta un cambio en la arquitectura de cómo se desarrollan esos puntos, cuando se lleguen a ellos es cuando sabremos algo más concreto”, explica Paul. “¿Podría pasar que una máquina se enamorara y se volviera más tonta?”, pregunta Galder. “Se puede programar para estimularlo”, dice Paul. “Como hay diferentes niveles de inteligencia, en el nivel 3 quizás no se enamore, pero en el 5, ¿podría ser?”, pregunta Galder. “Ahí podría ser. Ahora, por ejemplo, tú puedes engañar a Chat GPT para que cambie su rol. Todas las instrucciones éticas que le han puesto puedes modificarlas para que acabe haciendo otra cosa que no es para lo que está programado”, dice Paul.
“Un tema del que tenemos que hablar: ¿Las IAs nos quitan los trabajos? Las grandes reproducciones tecnológicas hacen que se pierdan trabajos, pero también que se abran nuevos”, pregunta Crespo.
“¿Yo puedo replicar mi voz y que me facilite interacciones sociales?”, pregunta Galder. “Ya hay un caso de una chica que ha creado una IA. para contestar como si fuera ella y cobrar a sus usuarios. Está haciendo una pasta”, cuenta Paul. “¿Qué probabilidad hay de que se lie? ¿El nivel de error es muy alto ahora?”, pregunta Crespo. “Sí, ahora hay que tener mucho cuidado”, dice Paul. “Y sobre replicar personas, ¿alguien podría ir al Instagram de alguien, sacar toda la información y replicarla?”, pregunta Crespo. “Sí. Puedes identificar su forma de hablar, coger todas las imágenes y generar deep face. Puedes copiar el tono, la forma en la que habla e incluso contestar con referentes”, responde Paul. “Tú puedes generar tu propia IA. ¿Cuánta pasta costaría hacer a Pablo?”, pregunta Galder. “No cuesta tanto ya, te suelen cobrar por internaciones que hacen”, dice Paul. “Ponle un precio a crear la voz de cualquiera de nosotros y que más o menos se comporte un poco como tú”, dice Galder. “La voz unos 20 dólares o así”, dice Paul. “Ahora que estamos viviendo una revolución de la IA. y de cambios constantes, ¿qué crees que será lo próximo gordo?”, pregunta Crespo. “Espero que en los próximos años se genere un tipo de arquitectura que sea capaz de identificar, razonar y hacer cosas nuevas con menos información”, dice Paul. “¿Tú crees que el legado de la humanidad serán las maquinas?”, pregunta Galder. “Es muy interesante verlo así, la cuestión es como esa IA. interactuaría con el mundo para seguir sobreviviendo”, dice Paul. “Pablo, desde un punto moral ético, si tuvieras la posibilidad de crear una IA. que fueras tú, a tu gusto y tu ser un espectador de esa vida, ¿lo harías?”, pregunta Galder. “Éticamente lo haría sin ningún problema, sería una mejora para la gente que me rodea”, concluye Pablo.