
La crisis de la COVID-19 tiene muchas facetas, ha afectado a todos los aspectos de nuestra sociedad y ha planteado una cantidad innumerable de retos y desafíos. Uno de los aspectos que más se ha visto afectado es la relación de la gente con sus ciudades. ¿Cómo se mueve por ellas? ¿Es preferible usar transporte público u optar por vehículo propio? A las habituales preguntas que se suelen hacer los ciudadanos, como “trayecto más corto”, “evitar atascos” o “menor número de transbordos”, ahora se ha sumado una mucho más importante “¿es seguro?”.
Se acaba de celebrar la Semana Europea de la Movilidad, y son fechas en que pensar en la sostenibilidad de las ciudades y en cómo el tráfico las afecta a ellas y a sus habitantes. TomTom (TOM2), especialista en tecnología de localización, recoge de forma diaria los datos de tráfico de las principales ciudades de todo el mundo en su Traffic Index, incluyendo las 25 ciudades más importantes de España. Estos datos se extraen de forma anónima gracias a los millones de dispositivos y aplicaciones de TomTom en todo el mundo y se reflejan en esta herramienta informativa en tiempo real, pudiendo consultar en todo momento el índice de congestión de las ciudades, el histórico semanal y comparar estos datos con los del año 2019. Todo esto permite estudiar el tráfico y cómo ha influido en él la COVID-19.
El tráfico se recupera, pero no en las horas punta
La conclusión más importante que se extrae del TomTom Traffic Index es que, aunque la congestión del tráfico ha aumentado en las principales ciudades españolas desde el fin del confinamiento de primavera, todavía está muy lejos del que había en el mismo periodo de tiempo durante 2019. Eso sí, este descenso tan significativo está casi siempre concentrado en las horas punta, en las congestiones que se dan sobre las 8:00 y las 18:00 horas: las horas de entrada y salida laboral.
Así, en Madrid, durante 2019 la media de congestión de hora punta por la mañana era del 55%, lo que significaba que los conductores tardaron 17 minutos más en trayectos de media hora por culpa del tráfico. Este número ha bajado significativamente en 2020, con picos del 30%, lo que se traduce en 9 minutos adicionales en dichos trayectos.
Si atendemos a la evolución del tráfico durante todo este 2020, veremos perfectamente cómo la COVID-19 ha supuesto un elemento disruptivo que ha trastocado totalmente cómo se ha comportado el tráfico en la capital. Durante las primeras semanas del año se ven variaciones al alza de los niveles de congestión cercanas a un 20%, mientras que, a partir de las semanas de confinamiento, se ven cómo estos niveles bajan de forma abrupta, dándose reducciones de los niveles de congestión cercanos al 80%. Con el fin del confinamiento esta variación se acentuó un poco, se recuperó durante los meses de verano y la congestión volvió a subir con la llegada de septiembre y la vuelta de las vacaciones, aunque los niveles aún permanecen por debajo de los valores de 2019 con un descenso de los niveles de congestión medios del 36%.
Esta forma de comportarse el tráfico se repite en mayor o menor medida en las principales ciudades del país, como Barcelona, Valencia y Sevilla.
Así, TomTom Traffic Index muestra en Barcelona unos niveles de congestión generales un 19% inferiores a 2019, lo que significa que los conductores de la ciudad pasan, de media, menos tiempo en atascos y hacen sus trayectos más rápido. Si el año pasado en hora punta había un nivel de congestión de media del 56%, vemos ahora picos del 43%, lo que significa que si antes un conductor de Barcelona tardaba 17 minutos más en un trayecto de media hora si cogía el coche a esas horas, ahora sólo tarda 13 minutos más.
En el caso de Valencia, vemos una congestión un 10% inferior respecto a lo visto en 2019, mientras que en horas punta se ha bajado del 35% al 30%, lo que implica una reducción de 11 a 9 minutos del tiempo adicional que tardan los conductores en trayectos de media hora. Un descenso menos pronunciado que en Madrid y Barcelona, pero aún significativo.
Por último, en Sevilla se repite esta tendencia. Los niveles de congestión generales se han reducido un 20% y los picos de horas punta también han descendido. Si un sevillano en 2019 tardaba por las mañanas una media de 12 minutos adicionales en sus trayectos de media hora, esa cifra ha bajado a 8 minutos en 2020, ya que los niveles de congestión se han reducido del 40% al 26%.
La Crisis de Movilidad
Los datos del TomTom Traffic Index sobre las principales ciudades españolas indican que, pese a que en términos generales las variaciones de tráfico son bajas, es en las horas punta, en los picos, en los que vemos una mayor diferencia. La congestión, el tiempo adicional que los conductores emplean en trayectos de media hora, se ha reducido de forma significativa en las principales ciudades españolas, aunque especialmente en Madrid.
Esto se puede deber a varios factores, pero especialmente al de las crisis de trabajo y los cambios laborales que el país está sufriendo, especialmente en la transformación de las empresas. La instauración del teletrabajo, por ejemplo, ha provocado que los desplazamientos a las oficinas sean inferiores, y esto tiene una repercusión directa en las carreteras, con menores índices de congestión.
Este descenso del tráfico en las horas punta es un buen indicativo de los cambios sociales y laborales que se están dando ahora mismo en la sociedad española y pueden ayudar a crear ciudades más sostenibles. Una menor congestión repercute de forma directa en el bienestar de los ciudadanos, tanto por estrés como contaminación. Se puede ver cómo la transformación del mercado laboral, con horarios de entrada más flexibles o teletrabajo, puede ayudar a reducir esta congestión y crear ciudades más sostenibles.