Quantis quiere eliminar la brecha digital en Castilla y León y garantiza el acceso a Internet, a través del satélite, a cualquier hogar o empresa de la región, viva donde viva. El servicio de acceso a Internet de Quantis ofrece actualmente un ancho de banda de 22 Mbps, a partir de los 29 euros al mes, y, antes de tres años, la operadora tiene previsto ofrecer anchos de banda de hasta 100 Mbps a los ciudadanos de esta comunidad.
La tecnología satélite de Quantis ofrece cobertura de banda ancha a los hogares y pymes que aún no tienen Internet en Castilla y León. Un servicio que les permite realizar gestiones administrativas y empresariales además de acceder a contenidos de ocio, televisión y radio, todo ello, a una velocidad de hasta 22 Mbps (megas).
La singularidad de Castilla León, con su población distribuida en un amplio territorio, hace especialmente difícil que la iniciativa privada de los grandes Operadores de Telecomunicaciones aborde las inversiones necesarias para llevar la banda ancha a todos los ciudadanos.
Es por ello que la Junta de Castilla y León ha sido tradicionalmente una de las más activas en la lucha contra la brecha digital, con programas funcionando desde el año 2009, mostrando una gran sensibilidad y caminando hacia el objetivo de la brecha digital ‘0’ sin vacilación. Sin embargo, a pesar de este esfuerzo, en la actualidad y según la información de la propia Junta, todavía existen ciudadanos y empresas que no disponen de acceso a Internet de calidad. Una situación que la Junta quiere resolver definitivamente.
Según Neelie Kroess, vicepresidenta de la Comisión Europea para la Agenda Digital, Europa debe eliminar de una vez por todas la brecha digital, y según ella, las nuevas tecnologías de satélite pueden resolver el problema de forma inmediata.
“Las telecomunicaciones por satélite –explica Aquilino Antuña, director general de Quantis- están experimentado en los últimos años una revolución tecnológica y comercial. Tradicionalmente usado como última solución, es ahora una solución ideal, la única rentable y que ofrece la calidad suficiente en las áreas rurales, en las
que cualquier otro tecnología resulta ineficiente económicamente, y difícil de evolucionar a medio y largo plazo”.
La clave está en el uso de las bandas de frecuencia llamadas Ka, donde el espectro disponible es muy superior al disponible en las bandas comúnmente usadas Ku y C, además de la posibilidad de reutilizar frecuencias al disponer de beam más pequeños.
“Hoy se empieza a hablar – añade Antuña- de satélites, que serán lanzados en los próximos 10 años, con capacidades superiores a los 500 Gbit por segundo. Es decir, un tipo de satélite equivalente a 200 satélites como los que hoy comúnmente ocupan la mayoría de las posiciones orbitales, que nos permitirá, a corto plazo, ofrecer al consumidor final anchos de banda de 100 Mbit”.
En paralelo a esta evolución tecnológica, los precios de los equipos y del servicio se han reducido exponencialmente, así, en 2001 el equipo necesario en la casa del usuario -la antena parabólica y el módem- costaba en torno a los 5.000 euros y el servicio estrella en aquel momento, de 2 Mbit por segundo, superaba los 2.000 euros al mes. Hoy el equipo en casa del usuario se sitúa en torno a los 200 euros y el servicio de 20 Mbit por segundo en los 29 euros.
“Está claro –indica Aquilino Antuña- que el satélite no es rival para la fibra óptica en un entorno urbano. Pero, ¿qué ocurre en aquellos lugares en los que no hay ni habrá nunca fibra óptica? En zonas rurales o en los países en desarrollo, donde la infraestructura de cable está por hacer, es la mejor opción”.